miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Cuántas horas diarias es soportable un ser humano? - Marco Aurelio Denegri



¿Cuántas horas diarias es soportable un ser humano? en Miscelánea humanística (2010) de Marco Aurelio Denegri



En relación presencial, cara a cara, uno puede soportar a otro ser humano dos o tres horas seguidas; y tres o cuatro si éstas no son seguidas, sino espaciadas. Lo cual rige para las relaciones normales y cotidianas con familiares, amigos y parejas estables. No rige para las relaciones especiales y desorganizadas en que hay pasión, deslumbramiento, admiración, obstinación, arrebato, obcecación y frenesí; verbigracia, el enamoramiento, que implica un régimen atencional completamente anómalo. Tampoco rige la cuantía de horas mencionada en el inicio de este párrafo para los casos de seres humanos aburridos y patéticamente desprovistos de vida interior que se reúnen horas de horas para mitigar el tedio.

El gran poeta italiano Giacomo Leopardi (1798-1837) dijo la siguiente frase célebre que a mi juicio es verdad axiomática:

‹‹No hay nada más raro en el mundo que una persona habitualmente soportable.›› (*)

Jean-Paul Sartre soportaba muy poco a los hombres y muchísimo a las mujeres, y ello me extraña, salvo que las tales hayan sido como la Beauvior, o si no precisamente como ella, al menos parecidas.

‹‹Con los hombres —dice Sartre—, una vez que se ha hablado de política o de algo parecido, gustosamente me callaría. Me parece que la presencia de un hombre durante dos horas en un día, aunque no vuelva a verle al día siguiente, es más que suficiente. Mientras que con una mujer eso puede durar todo el día y además continuar al día siguiente.››

Julio Ramón Ribeyro embrutecía si estaba más de tres horas con los seres humanos.

‹‹Sé por experiencia —confiesa Ribeyro— que no puedo soportar la presencia de una persona más de tres horas. Pasado este límite, pierdo la lucidez, me embrutezco, las ideas se me ofuscan y al final, o me irrito o me quedo sumido en un profundo abatimiento.››

‹‹Algún día analizaré con calma los orígenes de mi incapacidad para la vida social. Me gustaría determinar la época exacta en que comienzo a sentirme incómodo entre mis semejantes, a sufrir su presencia como una agresión, a buscar la soledad y el silencio. Si me remonto a los años de mi infancia, descubro que mi reserva y mi hermetismo son tan antiguos como mi uso de razón.››


Coda

En un texto unamuniano que se titula ‹‹Leyendo a Flaubert››, don Miguel se expresa como sigue:

‹‹Sí; comprendo, más que comprendo, siento, ese sentimiento que en Bouvard et Pecuchet le hace decir [a Flaubert]:

‹‹‘Entonces se les desarrolló una lamentable facultad [une faculté pitoyable], la de ver la estupidez y no poder tolerarla.’

‹‹En francés tiene más fuerza la palabra bêtise [necedad, tontería, estupidez].

‹‹Y en 1885 escribía [Flaubert] a su amiga madame Roger des Genettes:

‹‹‘He pasado dos meses y medio absolutamente solo, como el oso de las cavernas, y, en suma, perfectamente bien; verdad es que no viendo a nadie no oía decir tonterías. La insoportabilidad de la tontería humana ha llegado a ser en mí una enfermedad, y aun me parece débil la palabra. Casi todos los humanos tiene el don de exasperarme y no respiro libremente más que en el desierto.’››

‹‹‘Lo comprendo y aun diré más, aunque se me tome a petulancia: conozco esa enfermedad.

‹‹[…] Me ocurre lo que al pobre Flaubert: no puedo resistir la tontería humana, por muy envuelta en la bondad que aparezca. Dios me perdone si ello es algo perverso, pero prefiero el hombre inteligente y malo al tonto y bueno. […]››

‹‹El trato con seres humano —escribe Nietzche— es para mí una prueba nada pequeña de paciencia. Mi humanitarismo no consiste en participar del sentimiento de cómo es el hombre, sino en soportar el que yo participe de ese sentimiento. Mi humanitarismo es una permanente victoria sobre mí mismo.››


(*) Esto también lo sabía, y muy bien, el ilustre científico español Santiago Ramón y Cajal, que en su libro El Mundo Visto a los Ochenta Años, cuenta haber sufrido en su vejez de hipoacusia o disminución de la sensibilidad auditiva. ‹‹En cuanto a mí —dice—, prefiero mil veces la sordera al a ceguera. Aquélla me aleja del animal humano, a menudo insoportable, cuando no insidioso y hostil.››

4 comentarios:

  1. TODO UN GENIO MARCO AURELIO ES UN SER HUMANO QUE NO PERTENECE A ESTA ESPECIE,,,,MIS RESPETOS DR DENEGY

    ResponderEliminar
  2. Maestro, te fuiste cuando apenas empece a seguirte pero que momentos mas memorables dejaste a todas las generaciones futuras

    ResponderEliminar